La valoración moral
Los métodos de análisis moral
El discernimiento aplicado al análisis moral, es una acción que permite distinguir entre valores, situaciones, objetos en conflicto. Tal distinción ocurre a partir de que se ponen en juego los siguientes factores: el reconocimiento de una situación conflictiva, la determinación de los elementos y valores en conflicto, la suposición o expectativa de algo distinto a las dos situaciones o valores en conflicto, y la consideración de las posibilidades de elección y las consecuencias que se derivan de ello.
Cada persona
-en tanto miembro de una sociedad y cultura- comparte un conjunto de códigos
morales, que son el referente inmediato de la valoración. La valoración es
producto de varios factores que coinciden en el sujeto moral: la apreciación de
una determinada acción, objeto o situación por el carácter valioso que tiene;
por otra parte, se encuentra la formación de la preferibilidad mediante la cual
el sujeto moral orienta su análisis en función no sólo del carácter valioso,
sino de lo mejor dentro de acciones, objetos o situaciones de por sí valiosos.
La preferibilidad permite establecer una gradación de los valores, esto
facilita la elección. Sin embargo, en una sociedad que rechaza los absolutos,
los valores se relativizan y la preferibilidad se sitúa en el marco de moral
líquida. No hay valores absolutos ni valoraciones definitivas, todo está en
posibilidad de cambiar. La referencia al sujeto moral es la única que se
mantiene en este mar de complejidades. Se trata de un sujeto moral que sólo es
viable en la relación. La valoración
moral que toma al sujeto débil como referente de valor, puede dar lugar
a una preferibilidad débil, pero con una enorme potencia al establecer un marco
de valoración cercano, inmanente.
Los métodos de análisis moral
El discernimiento aplicado al análisis moral, es una acción que permite distinguir entre valores, situaciones, objetos en conflicto. Tal distinción ocurre a partir de que se ponen en juego los siguientes factores: el reconocimiento de una situación conflictiva, la determinación de los elementos y valores en conflicto, la suposición o expectativa de algo distinto a las dos situaciones o valores en conflicto, y la consideración de las posibilidades de elección y las consecuencias que se derivan de ello.
En un proceso
de análisis moral debe quedar claro que la elección de lo mejor, no siempre es
posible e incluso en ocasiones no es deseable, por tanto, es conveniente
establecer un criterio para el discernimiento de cuestiones que tienen las
mismas posibilidades, en tal caso, vale el planteamiento de buscar en bien
mayor tanto cuanto sea posible que su
elección derive en mayor bien.
Dar cuenta de
la elección
Sólo se puede
dar cuenta a cabalidad, de una elección, cuando ésta se realiza de manera
consciente. No se trata de forzar las cosas para que se hable de la mejor
elección o de la elección deseable; sino de nombrar el procedimiento mediante
el cual se ha llegado a asumir una postura moral, es decir, señalar el proceso
de discernimiento llevado a cabo, para atender el conflicto de valores; así
como las consecuencias que son previsibles de tal decisión.
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