La internacionalización de la educación superior es un tema que preocupa a las universidades. En un mundo que reconoce que la globalización nos alcanzó a todos, no puede quedar de lado la necesidad de crear vínculos cada vez más Fuertes entre las personas y las instituciones. En este sentido, buscar la internacionalización es una apuesta central en los procesos de educación superior, pero no está de más preguntarse no sólo por el cómo realizar esta acción, pues la pregunta remite a los procesos.
Alineada a lo anterior, la internacionalización se ha de mirar también bajo los criterios de la calidad de la educación superior, la comunicación de los saberes profesionales y profesionalizantes, pero sobre todo bajo la búsqueda de la construcción de conocimiento que aporte a las mayorías. No habría que perder de vista que la internacionalización no es únicamente un beneficio para el estudiante de pregrado y posgrado que accede a la doble titulación, al intercambio, o a la formación especializada en el extranjero; tampoco lo es para el académico que imparte clases en una universidad distinta a la que está adscrito ordinariamente. A la base de la internacionalización -particularmente la que realiza la universidad pública- se encuentra la referencia a la población. La internacionalización que no aporta a la configuración de una mejor sociedad deja de lado una de sus grandes posibilidades: la adquisición de sentido en función de una sociedad con mayores posibilidades de realización.
El libro Apuntes para la internacionalización de la educación superior, recoge distintas reflexiones realizadas en el marco de un curso del Doctorado en Gestión de la Educación Superior, impartido en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas. Ahí se encontrarán posicionamiento sobre, análisis y observaciones que permiten seguir pensando el rumbo de este asunto que se ha convertido en política educativa.
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