Autor: Klayo |
El término holismo hace referencia a la totalidad, y al planteamiento de que las propiedades completas de un sistema no pueden ser explicadas como la suma de las partes.
El holismo encuentra su justificación en la idea de que los sistemas deben analizarse con una perspectiva de conjunto sin separar las partes que los componen. Esta idea ha transitado de la filosofía a la epistemología, y se sostiene en un planteamiento metodológico, que supone que se puede analizar sin separar.
El asunto es que el holismo como tal, aparece como inviable en la medida que el modo de razonar occidental no procede de esa forma. La forma de conocimiento occidental se construye a través del método inductivo, que observa, analiza -deconstruye- y de nuevo reagrupa, es decir, sintetiza. La mente humana, desde la mirada de occidente es una especie de laboratorio de análisis y síntesis. Dicho modo de conocer no desconoce que la totalidad existe, pero insiste que no se puede tener una visión de totalidad sino de parcialidades. La solución entonces, es estar abierto a las perspectivas de conocimiento que ofrecen otros, para desde ahí a través de comparaciones, confrontaciones, nuevos análisis, se pueda obtener al menos un conocimiento más seguro, aunque nunca abarcador de la totalidad. Esta actitud epistemológica de occidente, refleja una humildad ante la totalidad de la que captamos partes, sin suponer que el conocimiento de una parte exprese la totalidad del sistema.
Cuando esta perspectiva epistemológica se traslada a la educación, se convierte más en un deseo que en algo operativo, y factible de realizar. El educando -de cualquier edad- tiene un horizonte de comprensión que condiciona su modo de conocer, por tal motivo, cuando la educación busca ser holista, lo que hace es acercarse a un objeto de conocimiento suponiendo que el sujeto capta la totalidad, aunque lo que capta es apenas, lo que su horizonte de comprensión le permite. Por tanto lo que supone que es captación de totalidad es apenas un limitado conocimiento de una parte de esa totalidad.
En ese sentido, hablar de educación holista es más una cuestión ideológica que una posibilidad real. Se trata de un mito, en el sentido clásico del término, tomado como una descripción fantástica de hechos que podrían suceder. Como mito, la educación holista forma parte de un conjunto de creencias que hoy se venden muy bien en algunas instituciones educativas, que a fuerza de buscar sostenerse presentan como la panacea lo que apenas es un mito. No reconocerlo, implica que se oferta lo imposible.
Las escuelas holistas, suponen que es posible la educación holista. Su postura para dejar de ser considerada ideológica requiere de criterios validación que no presentan, por eso a este artículo se le ha titulado: el mito de la educación holista". Esto no desconoce las interrelaciones globales, pero señala que no podemos conocer holísticamente.
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