En el origen de la universidad, los académicos tienen un papel
central. El peso de las decisiones radica en ellos. Su posición como expertos
en lo que enseñaban les permitió un reconocimiento en la toma de decisiones.
Conforme la universidad abriéndose y transitando hacia la masificación, surgen
grupos cada vez más fuertes que se encargan de la administración.
Se visibilizan entonces al menos cuatro grupos al interior de las instituciones
de educación superior (IES) que definen la gobernabilidad: los académicos, los
administrativos, el grupo de mantenimiento y servicios generales y los
estudiantes. Cada uno de ellos tiene definido su ámbito de acción y los
criterios para realizar su trabajo. De manera simple, los académicos tienen como campo la enseñanza y la gestión del
aprendizaje; así como la producción de conocimiento. Los académicos definen su
acción por el manejo del saber profesional que permite al estudiante ser reconocido
por su competencia. Cuando el académico se dedica a labores de investigación, la productividad
se visibiliza a partir de la construcción y/o aplicación de teorías y
conocimiento.
Los administrativos,
definen su ámbito de competencia en la gestión y obtención de los recursos, así
como en las cuestiones de acreditación, certificación y reconocimiento de
estudios; definiendo su acción a través de estándares de calidad e indicadores.
El grupo de mantenimiento y
servicios generales, permite la operación de las IES, bajo la consideración
del uso de los espacios. Su campo de acción está definido por la arquitectura
de la IES, que configura –gracias a su estructura material- una serie de
relaciones entre los distintos actores.
Los estudiantes son un
grupo central en la gobernabilidad de las IES cuando logran reconocer su papel
y el sentido político de la educación.
Todos ellos, están implicados en la gobernabilidad, y su desinterés
o un interés distinto, pone en riesgo la estabilidad de las IES. Sin embargo,
no siempre son considerados como actores relevantes en la toma de decisiones,
debido a que la posición de los administrativos en el organigrama de las IES
define la toma de decisiones. La única forma de que los distintos actores –en
este caso los académicos- participen en la toma de decisiones, es en la
formación de cuerpos colegiados que permitan la reflexión a un nivel distinto
al operativo que suele tener el grupo de los administradores. Figuras como la de procurador de derechos universitarios, puede dar la seguridad a los
distintos actores, que sus derechos, entre ellos la toma de decisiones en
asuntos que les competen a los académicos, estará vigilada y actuará como
obligado solidario en la defensa de la toma de decisiones.
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